Soy arte y creatividad. Desde que tengo memoria puedo recordar un pincel en mi mano, un lienzo frente a mí, y sueños que plasmar en medio de una niñez plena, en compañía de mis padres y de mis dos hermanxs. Crecí en la cuna de un padre y una madre dedicados al trabajo con personas de múltiples procedencias, siempre en una relación de ayuda al otro; puedo decir que viví con el ejemplo del amor por lo que haces, y por lo que puedes dar a las otras personas. 

Tuve el privilegio de rodearme de arte, deporte, idiomas, y culturas del mundo, de la mano de maestros que sembraron en mí el ánimo de inventar y de vivir de forma consciente y libre. Seguí mi instinto creativo en la universidad hasta descubrir la psicología, y adentrarme en el camino del autoconocimiento y de la reflexión. Siempre he sido admiradora de lo diferente, de lo que es novedoso y me invita a la introspección, por lo que después de algunos años viviendo y estudiando en el exterior, tuve la dicha de acompañar a migrantes y refugiados en su travesía de adaptarse a un país ajeno, en medio de la escasez económica y la xenofobia. Viví junto a ellxs experiencias conmovedoras, ejemplos de lucha y tenacidad y pude formar parte de historias de parejas y familias que me adentraron a la terapia de las relaciones y al trabajo de la sexualidad. Creo que el erotismo y el placer le dan sentido a la vida de un ser humano. La temática de la sexualidad y de las relaciones es tan vasta que me cautivó, y me ha llevado a dedicarme al acompañamiento de parejas, de familias, y de personas que llegan al sillón de terapia en busca de respuestas, de escucha, y de calma.

 

He sido testigo del cambio que la terapia genera en una persona; yo soy fruto de ese cambio hoy. Creo firmemente que trabajar en las relaciones interpersonales e invertir en el descubrimiento de una sexualidad placentera es mi objetivo y mi norte. Sin salud mental integral, no hay bienestar. Sin bienestar, ¿hay vida?

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Gracias por leer mi historia

Con amor,

​

Caro